Nuestros estudiantes han crecido y se han formado en un periodo que muchos autores como Tejada (2000, p. 3) ha llamado  “la sociedad  de la información, del conocimiento, sociedad informatizada”; y por ende han desarrollado habilidades en cuento al manejo de los recursos y herramientas tecnológicas que las escuelas no pueden desconocer.

Estas nuevas exigencias demandarán entonces que para antes de esta fecha, se haya reflexionado y puesto en marcha la transformación del currículo y las prácticas pedagógicas con el fin de dinamizar los espacios de aprendizaje, flexibilizar la educación en cuanto a espacio y tiempo y que las TIC sean utilizadas en el contexto de la escuela como el medio, la herramienta que posibilita la apropiación y construcción del conocimiento de manera colaborativa entre los actores que hacen parte del proceso de enseñanza aprendizaje.